viernes, 10 de febrero de 2017

PLUMAS DE DESPACHO (SOBREMESA)


En la “edad dorada” de las estilográficas (1926-1960), todo despacho que quisiera demostrar empaque tenía imperativamente que tenerlas.

Así pues, todos los comerciantes y empresarios, funcionarios de alta graduación, y profesionales liberales, se agenciaron unas.

El resto de mortales no distinguidos de importancia, se mantuvieron mientras usando - una - estilográfica de bolsillo, o las plumillas de mojar en tintero, o un lápiz. 

Pero claro, no era igual tener una pluma básica en una base simplona, que una base doble en piedra semipreciosa, con figuras o adminículos útiles, y dos soberbias plumas de excelente manufactura. 

Comenzó así una de las primeras carreras consumistas, que como en casi todo esto de las estilográficas, lo empezó W.A. Sheaffer con un diseño ganador, que salió en su catálogo de 1926 (y patente del ’24).


Todos los demás fabricantes le copiaron a la carrera, primero en USA, pero a no tardar en Europa.
Es una historia poco documentada (comparada con las plumas de bolsillo), pero que excede de este blog. 

En la España de antes de la Guerra Civil (1936) se podía importar, y había de todo para quien pudiera comprarlo. De los entonces pocos fabricantes nacionales, tanto Montjoy’s como Nacional tuvieron ejemplares, y el primero directamente competitivo con los extranjeros. 

Tras la Guerra, la situación cambió, y la minúscula y mal suplida industria nacional tuvo que agenciárselas para suministrar a una gran demanda con poco poder adquisitivo, aunque en éste producto se tenía la ventaja de que se suministraba a los “menos-peor” situados, y la desgracia de que eran los menos. 

Una característica general fue que se podían comprar por separado las bases de las plumas, aunque era normal que si se optaba por un conjunto se conseguía mejor precio que por separado, aparte de un bonito estuche inútil en cuanto se vaciara.
Esto permitió que empresas-talleres de plumas (o marquistas), sin una mayor capacidad que la de hacer sus estilográficas, tuvieran sus modelos, y viceversa, talleres de piedra y cristal, y luego de plásticos, también ofertaran por separado, haciendo gala de una enorme variedad.

Tres plumas “buenas” y dos económicas sin marca.
Base plástica sin marca, con una tulipa genérica algo más larga que la blanca. 

Pero tras su época, las plumas de sobremesa desaparecieron de la mayoría de los despachos (o se sustituyeron por modernos bolígrafos), y si bien algunas plumas se fueron al fondo de un cajón (para poder adquirirlas hoy), la mayoría de las bases fueron a la basura como incómodos trastos viejos, y apenas quedan.
Tampoco es que la mayoría de las casas de hoy permitan coleccionarlas (sigue siendo un artículo de pudientes).
Aunque uno de nuestro grupo, coleccionista compulsivo y con una gran casa, se niega a coleccionarlas, denominándolas “limpia-orejas”. 

Mostramos aquí un recopilatorio de ejemplares españoles de estilográficas de despacho o sobremesa (en orden alfabético).
Algunas plumas ya se han mostrado en las monografías específicas a las que se hace un enlace, aunque en algunos casos, ahora ampliadas con las que nos han aparecido entre tanto.


CIROS

El mayor marquista español tuvo – al menos – este modelo con una contera nacarada y afilada como abrecartas (con un fallo, porque su base es elíptica, e igual el cuerpo, y raro es que ajusten). Plumín ”Ciros Point” de acero dorado con iridio.



ICSA

Como gran fabricante, lo tenía fácil. Carga por botón, y boquilla en ebonita, resto celuloide. Plumín ICSA de 14K.



INOXCROM

Es posible que desde 1953 en que sacó el modelo “41”, Manuel Vaqué tuviera bastante con afianzarse en el mercado, y no conocemos ninguna variante de sobremesa de este modelo.
Pero a partir de 1957, con su modelo “55” firmemente establecido como ganador, produjo el de abajo de la primera foto, una “55” con un nuevo cuerpo largo y afilado, junto con las bases de la izquierda (que conocemos hasta de color amarillo).
A partir de la modificación de 1970, la pluma pasó a tener cuerpo y contera, con un anillo intermedio (arriba), y las bases pasaron a ser “lentejas”, que conocemos en varios colores, como también las plumas.

No conocemos modelos posteriores de sobremesa.



JABALINA

Una “29” de carga por “chupete” y anillo cuerpo-boquilla.



LUMEBAL

Una pluma de contable, con dos plumines en sendos extremos (para tintas negra y roja), que figura aquí porque el extremo izquierdo es claro para insertarse en una tulipa, mientras que el otro lleva rosca para un capuchón (hoy perdido).



MONTJOY’S

Tiene su monográfico. Aquí simplemente mostramos todas las variantes juntas, incluido el portaminas.



NACIONAL

Aparece en el monográfico. Plumín “Warranted” de 14K, cuerpo y boquilla de ebonita, contera de celuloide.



REGIA

Aparecen en su monográfico, aunque añadimos la “831” facetada (3ª).
Recordamos que inicialmente fueron plumas grandes en celuloide, siempre de carga por botón y con sus plumines “Regia” de 14k.


Y posteriormente, con la incorporación del inyectado acrílico, se limitaron a un solo cuerpo de carga por palanca lateral, y dos variantes de plumín (descubierto y oculto), basando la variedad solo en el color.



(SCRIKSS-TK)

Curiosamente, la marca turca heredera de la original Scrikss española, tiene la variante obvia de la Scrikss de bolsillo (para ellos, la “17”).
Esto nos hace suponer que muy posiblemente Industrial Gispert fabricara algunas (aunque no nos han aparecido), o al menos las tuviera previstas.



SOFFER

A Ricardo Gurina no se le escapaba ninguna oportunidad de negocio, y aquí la muestra de una 77 a la que se le ha cambiado el cuerpo.



STYLFLEX

Dos plumas plásticas aerométricas, la primera aparentemente sin anillo cuerpo-boquilla, la segunda es una “120” con nuevo cuerpo.



SUPER T

Las plumas de Manuel Portús siempre fueron de émbolo con capuchones de fricción, y un simple cambio de contera era fácil. Raro es que no nos haya aparecido alguna “BB”.
La primera mostrada es una “GESTER” de 2ª serie (de arandela).


Las siguientes son “OLIMPIA 10” (con plumín de oro), que como sus homónimas de bolsillo, tuvieron la variante de bola limada y claraboyas de nivel de tinta.


Las bases de esta marca tenían el novedoso y único sistema de tulipa articulada magnéticamente.



THE WARRANTED PEN

Ya vista en “Marquistas menores” (3/3)



Hace años, Julia Gusano publicó un artículo sobre las “Estilográficas de Despacho” en la desaparecida revista “Arteguía de la Escritura”, y que afortunadamente lo tiene incorporado en su web.







Miguel Huineman



Se agradece a quienes han prestado sus colecciones para fotografía.

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