viernes, 14 de abril de 2023

STYLFLEX - MARCONK, ¿y quién fabricó?

Veamos una pluma de celuloide rayado longitudinal, capuchón a rosca y carga por émbolo, con un plumín Stylflex en oro de 14K.


Una estilográfica llamativa y de gran calidad, acorde al catálogo de STYLFLEX en su primera época, entre 1945 y mediados de los ‘50s.

Que nos sorprendió por ser casi clónica con esta otra de MARCONK (marca grabada en el capuchón), también con plumín propio en oro de 14K:


Los cuerpos son idénticos, e intercambiables los capuchones y conteras:


Los capuchones tan solo difieren por ser el Marconk algo más largo (recordemos que se torneaban manualmente) y ligeramente más trabajado su clip, aunque con la misma planta:


Aparte del celuloide idéntico, que por entonces era difícil de obtener (no se fabricaba en España), tenemos la misma disposición de tres anillos con idéntico labrado del central:

Sabemos que MARCONK perteneció a los antes representantes de Conklin (Marquard y Ballesta) y que, tras la guerra civil, con las restricciones a la importación impuestas por la autarquía, más el cierre de Conklin-USA, registraron MARCONK (dicen que de MARquard y CONKlin) en 1948 para dedicarse a marquistas con la mejor calidad disponible.

Muchas coincidencias. Con este modelo tanto MARCONK como STYLFLEX tuvieron que aprovisionarse de “un” mismo fabricante.

La pregunta es obvia: ¿cual las pudo fabricar?

Los marquistas se aprovisionaban de cualquier fabricante que les ofreciera un buen producto, llamativo y a buen precio.

Pero los grandes fabricantes proveedores a marquistas españoles, Talleres Aurum (Soffer, Inoxcrom), Industrial Gispert (Scrikss) y Manufacturas Felfan (Rilex-Myadle), surgieron a partir de los plásticos inyectados monocolores y en la moda posterior de las Parker 51/21 con plumín oculto. No era ninguno de ellos.

Quedan los fabricantes anteriores. Regia apenas utilizó este celuloide, no se prodigaba con los émbolos, ni tampoco por ser proveedor de terceros. Beytol pudo ser, pero su estilo dista mucho.

Tocaba una ronda de comparación con otras marcas.

Las primeras evidentes fueron estas UNIVEX, con el mismo anillo de un capuchón a rosca, algunas con los mismos clips, de carga por émbolo, y que se fabricaron entre 1941 y 1950. Encajaban.

UNIVEX, a su vez, era otro marquista, y aunque según parece gozaba de muy buenas relaciones con las autoridades del régimen, es lógico suponer que, antes de estresar sus lazos con la Administración, buscara proveedores locales más fáciles, rápidos y económicos.

Llegamos a Industrial Cervantes (Cervantes, ICSA y CL Everest):

Que se acerca con el celuloide, y era un gran proveedor a terceros (Admiral, Sin marca, etc.), pero sin estar muy claros estilos y fornituras.

Y aquí nos sorprendió CONDOR, que desde 1938 fabricaba plumas en un taller, y desde 1943  se formalizó como INDUSTRIAS DEL ALAMBRE, S.L. (la marca CONDOR – siempre sin tilde – no aparecería hasta 1959). Su oferta de productos, siempre con alta calidad, fue inmensa: plumas estilográficas, bolígrafos, lapiceros mecánicos, estuches, expositores, llaveros, ceniceros, elementos publicitarios, etc.

Pero no sabíamos de su faceta como proveedor a marquistas.

El estilo y similaridades son muy aparentes:

Así pues, tras un rato muy entretenido analizando y poniendo en uso la colección - siempre “sin poner la mano en el fuego” - tenemos un poco más claras las estrechas relaciones que hubo por entonces en el mundo estilográfico español.

De rebote, plumas datadas: entre 1948 y 1955.

 

 

Miguel Huineman




viernes, 31 de marzo de 2023

PLASTIPEN

 

A inicios de 1943 un tal Abramino Sciamma Gavia, italiano de nacionalidad española, montó un pequeño taller de unos 35 m2 dedicado a la obtención de objetos plásticos por inyección, en la c/ Madre de Dios del Carmelo, 19 en Barcelona.

En 1945 solicitó el registro de la marca PLASTIPEN para estilográficas y portaminas, y en 1947 para la marca MONTEBLANCO para lo mismo, además de otros objetos de escritorio.

Unos años después, a inicios de los años ‘50s, se traslada a un local mayor situado en la c/ Hurtado 15-17, ya con el nombre de INDUSTRIAS PLÁSTICAS A. SCIAMMA.

Entre su inicio y 1946 hizo tres registros, dos de ellos con el mismo nombre pero diferente contenido: “Mecanismo de carga aplicable a plumas estilográficas”, y otro de “Un procedimiento de fabricación de plumas estilográficas”. Luego y hasta 1953 registró otras diez patentes y modelos de utilidad, pero sobre otras cosas: cigarreras, batidoras, armónicas, etc. En 1958 fabricaba, sin licencia, bolsas plásticas con la marca GOGÓ.

Fue pues en la 2ª mitad de los años ‘40s cuando se produjeron las estilográficas, de las que pocas han sobrevivido y conocemos.

Es gracias a nuestro amigo y colaborador D. Eduardo Alcalde que conocemos los modelos que presentamos, así como suyas son también las fotografías.


La primera, jaspeada, es de carga por botón, tiene un clip genérico sujeto por una “joya” plástica, y un aro simple en el capuchón cerrado a rosca.

El plumín es de acero grabado “Edelchrom” con una cabra saltando a derechas (en el plumín Bock es a izquierdas).


La segunda tiene el mismo plástico jaspeado, es de carga por palanca, y lleva un clip inserto lateralmente con la marca y un trazo ondulado. El anillo con tres surcos es bastante ancho.

La pluma conserva su vitola, pero no tiene el Sello de Aduanas.

El plumín (francés) es bicolor, de acero con punta plegada y dos ranuras longitudinales para aumentar su flexibilidad.


La tercera pluma es la de más calidad e interesante: está fuertemente influenciada por las Sheaffer’s Balance en su variante Crest, apreciable en el clip, el rayado del capuchón, y el anillo roscado entre cuerpo y boquilla.


El plumín es de oro de 14K grabado con la marca, aunque no aparece en el listado de los fabricados por Damiá Onsés. Podría ser de Pedro Boira.


El cuerpo lleva termograbada la marca con la misma grafía del plumín, aunque con poca calidad.


Otro detalle es el sistema de carga: se desenrosca la contera y se pulsa. Hasta aquí todo bien, salvo que Eduardo desmontó el cuerpo y no entendió nada. Tomó un macro en vídeo y tras enviarlo y analizarlo nosotros, mus.


Hemos llegado a buscar y leer la patente, escrita en un lenguaje muy técnico pero aclarando nada. Si fuera “de botón”, el saco es muy corto (y además faltaría la barra de presión), y si fuera “vacumatic”, la estanqueidad está ausente y la presión sobre el saco, mínima.

No sabemos cómo cargaba esta pluma.

 

 

Miguel Huineman

 

Plumas, fotos y vídeo de D. Eduardo Alcalde (autor aquí, aquí, aquí y aquí)

Los datos históricos e industriales son, como de costumbre, fruto de la inmensa labor de nuestro colaborador y amigo D. Rafel Puyol.