viernes, 1 de mayo de 2015

JABALINA - 1ª Parte. HISTORIA


Al ver que la fábrica de PUYSAN iba a cerrar, Juan Sáchez Navarro presentó en Noviembre de 1947 una Solicitud de Apertura de un taller de plumas ante la Delegación de Industria de Albacete, que se concedió en 1948.
Con la ayuda de su suegro, un comerciante hijo de italiano que trabajaba en Mazarrón, que le prestó 9.000,- Ptas., abrió un pequeño taller de 25 m2 en la calle Parra 18, de Albacete, con la idea de dedicarse a reparar estilográficas. Su equipo lo formaban un motor de 2 CV que movía, mediante un eje sobre-elevado, un pequeño torno, un taladro, una pulidora, y una prensa comprada a un amigo de Alcantarilla (Murcia) para hacer los clips. Junto a su hermano (que permanecía trabajando en la Maestranza Aérea de Albacete) construyeron una fresadora para hacer alimentadores. Las fresas extra-finas necesarias para fabricarlos se hacían a mano limando “en taco” varias cuchillas de afeitar.
Cuchilla de afeitar de tres agujeros, con taladro circular central, donde se ponía un tornillo y se apilaban cuchillas para formar un taco, que se recortaba al círculo dibujado, y después se limaban los dientes de la fresa esbozados.

Nadie más se dedicó a las plumas en Albacete.
El nombre de “Jabalina” vino de observar que varias marcas tenían nombres de picos de montaña, y eligió el del “Cabezo de la Jabalina” de Ceheguín. Registró también la marca EVEREST (distinta de la CL-EVEREST de I.C.S.A.)
Su hijo mayor, Eduardo Sánchez Muliterno, con 10 años, abandonó el colegio en 1949 para ayudar a su padre y “aprender el oficio” como aprendiz.

D. Juan Sánchez Navarro, y foto del taller en 1953 con aprendices. El segundo por la izquierda, sujetando la correa del torno, es su hijo Eduardo.

Fotos de Arteguía de la Escritura, la del taller es a su vez de Foto Cobo.
 
La materia prima era ebonita en barras de un metro, obtenida desde DUX (Madrid).
Las primeras plumas del taller eran clónicas de las Puysan, incluso es probable que usaran partes originales de aquélla marca, aunque en breve evolucionaron en modelos propios.
Pluma Jabalina por la vitola, aunque es idéntica a una Puysan hasta en el “Punto Verde” de la contera.
Fue la Cooperativa de la Guardia Civil la que hizo el primer “gran pedido” por cien plumas a 40,- Ptas cada una.
En 1954 se registra la marca JABALINA INDUSTRIAL (Sociedad Unipersonal) en la calle Puerta de Murcia s/n (hoy c/ Hnos. Falcó).
La materia prima pasa a ser Metacrilato de Metilo (Plexiglás) en 1954 o 1955, aprovisionado desde PLEXI (Valencia) en planchas de 15/16 mm de espesor, transparentes y de color sólido (nacaradas para plumas de 1ª Comunión). Se cortaban en tiras y torneaban.
Las piezas metálicas para clips y anillas eran de latón, cromadas o con baño de oro. Los plumines eran de acero, o de oro (aprovisionados por Damiá Onsés) a petición del cliente.
Durante un tiempo aprovisionaron celuloide vasco, pero estaba poco envejecido y era inestable, produciéndose contracciones en las piezas. Tras un incidente sin consecuencias personales, en que se inflamaron explosivamente las virutas con la estufa del taller y se derribaron paredes, se abandonó el producto.
Las series iniciales eran de 20-30 unidades, fabricadas de forma totalmente manual y laboriosa, sin planos, hasta los años ‘60s. Como ejemplos, los depósitos requerían el pulido a trapo interior con pasta blanca de pómez, aparte del pulido general exterior, y las roscas de cuatro entradas del cuerpo y capuchón se hacían manualmente, en tornos de engranajes simples sin caja Norton.
Pluma Nº 29 donde se aprecia una falta de pulido interno en el posterior del depósito.
 
En 1959 y justo tras el servicio militar, el hijo Eduardo con 20 años, marcha a Séte (Francia) y de ahí a Oyonnax, capital por entonces de la inyección de plásticos, donde trabajaba sin sueldo y por las noches para evitar las inspecciones (más frecuentes de día), y de ahí fue a un taller de moldes.
En el año 1963 se adquiere la marca SCRIKSS junto con su maquinaria, y se entra en una etapa de mayor normalización al empezarse a inyectar. Las series pasaron a ser de tres o cuatro mil unidades, en acetato o poliestireno.
La marca “Scrikss” se utilizó conjuntamente a la “Jabalina”, a veces como tal, y a veces como “Scrikss-Jabalina”, para plumas y bolígrafos similares a los “Jabalina”, aunque solían ser de calidad algo menor.
En 1964 regresa Eduardo Sánchez Muliterno de Francia, con los conocimientos de inyección y con una firme apuesta por los bolígrafos. Su padre, que mantenía la prioridad hacia las estilográficas, le emancipa y le da plenos poderes en la empresa. En el plazo de dos días, D. Eduardo compra una nave y procede a su instalación.
Calle Parra 18, a la izquierda, y primera nave del Polígono a la derecha
 
En Noviembre de 1964 se crea STYB, Soc. Unipersonal, acrónimo de “eSTilográficas Y Bolígrafos” (aunque D. Eduardo bromee diciendo que se trata de “siempre trabajando y batallando”), pues el nombre “Jabalina” no era apropiado para la exportación que pretendía acometer.
Desde entonces Jabalina y STYB coexisten - hay facturas con ambos nombres - aunque la primera va menguando y la segunda creciendo espectacularmente. También va creciendo la fábrica.
Jabalina Internacional, S.A. (creada en 1982) desaparece en 1986, año del fallecimiento del fundador, aunque éste ya llevaba tres años sin ejercer cargos. 


Miguel Huineman
 
Se agradece a los que han prestado sus colecciones para la fotografía.
En especial, se agradece a D. Eduardo Sánchez Muliterno su hospitalidad, tiempo y entusiasmo al compartir con nosotros sus memorias.
Parte de los datos provienen de un artículo sobre Jabalina, “Una Pluma a su Medida”,  publicado en la revista Arteguía de la Escritura, a su vez escrito por D. Eduardo, en 1994.
 
 

 

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