En
la España del florecimiento y desarrollo de la industria estilográfica ha
estado socialmente generalizado el celebrar la Primera Comunión de los niños al
alcanzar una cierta edad.
Con
la celebración se acompañaban regalos, y uno que apropiadamente les transmitía
que “ya eran mayores” era el regalo de una estilográfica.
Inicialmente
se les regalaba una pluma del mercado, pero rápidamente los fabricantes se
adaptaron con una oferta especializada en la primavera con estuches apropiados
y plumas blancas o nacaradas.
Cosa
que las convierte en regalos de corta vida. Primero, porque el receptor es aún
muy inmaduro para el rito de la carga y los riesgos de estropicio. Segundo,
porque el color blanco no es el más adaptado a la próxima adolescencia en donde
buscará integrarse en un grupo rompedor de tradiciones.
Con
ello las plumas terminan nuevas en un cajón y consecuentemente de nuevo en el
mercado, donde es frecuente encontrarlas.
Lo
que es una suerte, pues los plásticos blancos se tiñen fácilmente con la tinta
que moja la boquilla, y al capuchón si hay fugas.
Veamos
algunos ejemplos:
Soffer
RicardoGurina fue un comerciante nato, con un gran conocimiento del mercado y que no
dejaba pasar ninguna ocasión.
Sus
primeros modelos fueron de su primera época de marquista, pequeñas pero muy llamativas. Lo mejor del producto
eran los plumines, posiblemente aplicados directamente de su inventario
general. El tamaño mínimo resultaba en un saco que a duras penas contenía tinta.
Aprovechando
el éxito de las posteriores series 22, 23 y 31 de bajo coste, tras la fusión
con Inoxcrom, se lanzaron las versiones “blancas” de los plásticos, dorando los
capuchones y realizando unos estuches de cartón muy llamativos pero de escasa calidad
y duración. Sin embargo, el hecho de provenir directamente de plumas estándar
las hacía mucho más útiles, aparte de incluir ya de acompañamiento un bolígrafo
en vez de un portaminas.
Inoxcrom
Estando
ya asociada con Soffer, es lógico que la influencia llegara a la marca de forma
muy similar, aunque procurando alcanzar un nivel más alto en el mercado por
calidad, y con campañas publicitarias en prensa.
La
oferta incluía todas las plumas de las series normales (menos la "60") con el plástico en blanco, y otras - escasas - además
con detalles dorados.
Con
el cambio de la empresa en 1989, Inoxcrom dejó este segmento, y las plumas
blancas sólo se produjeron para serigrafías en el mercado B2B.
ICSA
Industrial
Cervantes, S.A. también produjo una considerable cantidad de modelos, todos los
conocidos dentro de la submarca ICSA-acrílicas.
Ciros
El
mayor marquista español también tenía sus versiones, pequeñas para manos
pequeñas, en nacarados y blancos.
Jabalina - STYB
El
fabricante de Albacete también tuvo sus versiones para la ocasión.
La
primera, de “Gotero”, tiene un plumín de oro de 14Kts.
Es
de notar que al cambio empresarial de Jabalina por STYB, desaparecen inicialmente
las estilográficas del catálogo de regalos de 1ª Comunión, hecho curioso pues
STYB siguió fabricando plumas en diversos colores, y que luego volvió a
introducir en blanco para la ocasión.
Rilex
Es
muy posible que, con la cantidad de sus modelos, hubiera otras Rilex blancas.
Scrikss
Industrial Gispert, que fabricaba partes para todos los marquistas (ver Labor, Poker, Seiman, etc.),
también produjo una con su propia marca.
Otras marcas menores
Como
se decía al principio, todas las marcas y distribuidores aprovechaban la
ocasión para rascar unas ventas más.
La POKER
y LABOR son idénticas a una de las Seiman de arriba y a una ICSA, al ser todas de Industrial Gispert.
La
italiana JOHNSON, importada por San Martino, también utilizó cajas de cartulina
blanca dedicadas, pero con plumas de serie negras.
Hasta
donde sabemos, NURY solo produjo una configuración que impedía la pluma;
incluso el bolígrafo tuvo que ser con recambio corto.
Además
hubo una pléyade de fabricantes sin marca:
Sheaffer
El gigante de Fort Madison era insensible a la idiosincrasia española, pero al
empezar las importaciones, los representantes locales buscaron su cuota de
mercado y dieron con una solución improvisada: le pusieron una cartulina a un
juego del modelo NoNonsense que se adaptaba (un gris pálido) haciendo
referencia a la celebración, teniendo la ventaja para el vendedor de que,
pasadas las fechas, podía retirar el señuelo y vender el juego por normal. A no
tardar todos copiaron la práctica idea.
Nota: la versión elegida
de NoNonsense fue la llamada “Snowboard” (por su clip), que daba peores
resultados que el metálico grapado estándar, del que hubo una pluma blanca (ver
abajo). Suponemos que la intención fue aligerar stocks aprovechando la ocasión.
Anexo: Comparativa mundial
Es
curioso que la estilográfica blanca como regalo de Primera Comunión en un estuche
apropiado ocurra tan solo en España. Un país de tradición tan similar como Italia
no carece de ellas, pero no ocurren tan específicas.
Sin
embargo la estilográfica “Blanca” es bastante frecuente en el mundo, aunque
siempre en modelos económicos.
En
USA aparecieron en 1948 con las Esterbrook “J”, y desde 1955 con las "SJW", llamadas “de enfermera”,
que tenían terminales negros o rojos para indicar el color de la tinta
(negro=sano, rojo=enfermo)
La
Sheaffer No-Nonsense, de la que ya se ha hablado antes.
La
Parker Vector también ha tenido su versión blanca.
En
Alemania se las llama “de boda”, y las ofrecen tanto Pelikan (M100, M205, etc.),
como Lamy con su Safari.
Incluso
Rusia ha tenido modelos blancos de capuchón dorado, que no hubieran desmerecido
al lado de las españolas.
Como
se dijo al principio, el mayor problema con una pluma blanca es la posibilidad
de que la tinta tiña el plástico de forma irreversible, estando el mayor riesgo
en la boquilla y en el capuchón.
Por
ello algunos modelos tienen boquillas negras, y capuchones metálicos.
Miguel
Huineman
Con agradecimiento a los que han prestado sus plumas para fotografía.
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