José Vila Sivill entró a trabajar en la empresa de Vicente Martín Cerezo (FONT PELAYO) en 1927, como viajante para Cataluña y Baleares. Al año siguiente, su hermano Pascual lo hizo como contable.
En 1935 se independizan y montan una empresa de material
de escritorio, que llaman “JvP” (acrónimo de sus nombres). Viajan a París y
hablan con la “Société la Plume d’Or”, fabricantes de estilográficas, y
obtienen la dirección de un fabricante japonés al que le hacen un pedido de
muestras de sus plumas, y tras ello una compra.
El pedido fue por mar de Japón a Vladivostok, y de allí
por el tren Transiberiano a Moscú, continuando hasta Barcelona. Las plumas,
desmontadas, carecían de plumines, que fueron suministrados por Damián Onsés
Ginesta, que hacía poco había montado su taller de plumines de oro. Los
plumines, con punto de iridio, estuvieron siempre marcados WARRANTED y con una
estrella de tres puntas.
Las plumas recibieron el nombre de ANTINIA, una
combinación de las palabras griegas antínikos
(vencedor) y anthinos (florecido),
por su excelente presencia.
Antes de fin de año realizaban un nuevo pedido a Japón, y
con él siguieron montando plumas Antinia con plumín de oro, y Atlántida con plumín de acero dorado.
Pluma de carga por botón y marcada en el cuerpo. El clip
parece ser de sustitución.
Una pluma de carga por botón, que recuerda a las Pioneers
(Wearever) de principios de los años 30’s.
La siguiente pluma de señora (sin clip) tiene carga por palanca.
Pluma ojival (“torpedo”) de la cabecera. Carga por botón.
Durante la Guerra Civil española, los hermanos Vila
Sivill obtuvieron un contrato de la Generalitat de Catalunya para suministrar
estilográficas a los soldados del frente republicano (sobre todo Atlántidas),
que implicaba una mayor producción y el transporte del material al frente. Para
ello se asociaron con un socio capitalista, Baldomero Curiá.
Tras la guerra civil, la situación era desastrosa. Había
escasez de materias primas y semi-elaboradas, ni maquinaria ni energía, y los
controles administrativos eran agobiantes. Para más, Europa estaba sumida en la
2ª Guerra Mundial. La Autarquía (prohibición de importaciones por falta de
divisas), que forzó a autoabastecerse, hizo que los fabricantes nacionales de
estilográficas se encontraran sin competencia, con una fuerte demanda interna, pero
sin medios. Cambió el panorama y hubo que adaptarse.
En 1940 se crea MANUFACTURAS VICURVI, S.A. (Vila Sivill-Curiá-Vila
Sivill) como fábrica de plumas (hasta entonces habían sido marquistas, aunque
posiblemente fabricaran durante la guerra), y en 1941 la sociedad comercial
VILA SIVILL-CURIÁ, S.A. para vender las, ahora, recién registradas plumas Antinia
y Atlántida, e Imperia.
Pluma de ebonita y carga por botón
Dos plumas con visor de tinta y carga por botón.
La siguiente pluma lleva marcado “ANTINIA MOD. 1-66705”,
como si eso fuera un número normal. Normalmente la nomenclatura era de cuatro
cifras.
La última pluma presentada bien podría figurar entre las
de la primera época de marquistas, si no fuera por el sello de “Aduanas
Nacional” de la época autárquica. Aunque también podría ser una pluma antigua
no vendida al que se le puso el sello posteriormente.
Al igual que ocurrió con las IMPERIA iniciales, las
ANTINIA dejaron de fabricarse cuando empezaron a producirse las REGIA en 1942.
Miguel Huineman
Se agradece a los que han prestado sus colecciones para
fotografía.
Los datos históricos de la marca provienen de los
estudios realizados por D. Rafel Pujol, y los de D. Albert Verdaguer, nieto y
autor del libro “JOSEP VILA SIVILL (1904-1967)” publicado por Rafael Dalmau,
Editor (2016).
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