viernes, 1 de abril de 2016

ANTINIA (Vila Sivill)


José Vila Sivill entró a trabajar en la empresa de Vicente Martín Cerezo (FONT PELAYO) en 1927, como viajante para Cataluña y Baleares. Al año siguiente, su hermano Pascual lo hizo como contable.

En 1935 se independizan y montan una empresa de material de escritorio, que llaman “JvP” (acrónimo de sus nombres). Viajan a París y hablan con la “Société la Plume d’Or”, fabricantes de estilográficas, y obtienen la dirección de un fabricante japonés al que le hacen un pedido de muestras de sus plumas, y tras ello una compra.
El pedido fue por mar de Japón a Vladivostok, y de allí por el tren Transiberiano a Moscú, continuando hasta Barcelona. Las plumas, desmontadas, carecían de plumines, que fueron suministrados por Damián Onsés Ginesta, que hacía poco había montado su taller de plumines de oro. Los plumines, con punto de iridio, estuvieron siempre marcados WARRANTED y con una estrella de tres puntas.
 
Las plumas recibieron el nombre de ANTINIA, una combinación de las palabras griegas antínikos (vencedor) y anthinos (florecido), por su excelente presencia.
Antes de fin de año realizaban un nuevo pedido a Japón, y con él siguieron montando plumas Antinia con plumín de oro, y Atlántida con plumín de acero dorado.

Pluma de carga por botón y marcada en el cuerpo. El clip parece ser de sustitución.
 
Una pluma de carga por botón, que recuerda a las Pioneers (Wearever) de principios de los años 30’s.
 
La siguiente pluma de señora (sin clip) tiene carga por palanca.
 
Pluma ojival (“torpedo”) de la cabecera. Carga por botón.
 
Durante la Guerra Civil española, los hermanos Vila Sivill obtuvieron un contrato de la Generalitat de Catalunya para suministrar estilográficas a los soldados del frente republicano (sobre todo Atlántidas), que implicaba una mayor producción y el transporte del material al frente. Para ello se asociaron con un socio capitalista, Baldomero Curiá.
Tras la guerra civil, la situación era desastrosa. Había escasez de materias primas y semi-elaboradas, ni maquinaria ni energía, y los controles administrativos eran agobiantes. Para más, Europa estaba sumida en la 2ª Guerra Mundial. La Autarquía (prohibición de importaciones por falta de divisas), que forzó a autoabastecerse, hizo que los fabricantes nacionales de estilográficas se encontraran sin competencia, con una fuerte demanda interna, pero sin medios. Cambió el panorama y hubo que adaptarse.
En 1940 se crea MANUFACTURAS VICURVI, S.A. (Vila Sivill-Curiá-Vila Sivill) como fábrica de plumas (hasta entonces habían sido marquistas, aunque posiblemente fabricaran durante la guerra), y en 1941 la sociedad comercial VILA SIVILL-CURIÁ, S.A. para vender las, ahora, recién registradas plumas Antinia y Atlántida, e Imperia.

Pluma de ebonita y carga por botón
 
Dos plumas con visor de tinta y carga por botón.
 
La siguiente pluma lleva marcado “ANTINIA MOD. 1-66705”, como si eso fuera un número normal. Normalmente la nomenclatura era de cuatro cifras.
 
La última pluma presentada bien podría figurar entre las de la primera época de marquistas, si no fuera por el sello de “Aduanas Nacional” de la época autárquica. Aunque también podría ser una pluma antigua no vendida al que se le puso el sello posteriormente.
 
Al igual que ocurrió con las IMPERIA iniciales, las ANTINIA dejaron de fabricarse cuando empezaron a producirse las REGIA en 1942.

 

Miguel Huineman
 

Se agradece a los que han prestado sus colecciones para fotografía.
Los datos históricos de la marca provienen de los estudios realizados por D. Rafel Pujol, y los de D. Albert Verdaguer, nieto y autor del libro “JOSEP VILA SIVILL (1904-1967)” publicado por Rafael Dalmau, Editor (2016).

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