En la “Historia” ya se dijo que Montjoy’s es una de las marcas que más plumas “de señora”
produjo.
Nos referimos a “modelos”, obviamente, porque si hablamos de cantidades
brutas, Sheaffer’s abruma a cualquiera, e incluso dentro de las marcas
españolas, Inoxcrom ganaría también en plumas “femeninas”, pero ambas son con
variantes derivadas de unos pocos modelos.
Puntualicemos: se consideraba “de señora” una estilográfica pequeña y sin
clip. Tomémoslo como una definición.
Entendemos que el clip puede engancharse dentro del bolso, y ellas
prefieran que tenga una borla para localizarlo por el tacto.
Pero ninguna Montjoy’s tiene borla. Ni siquiera anilla…
(Si nos ponemos, la única Inoxcrom “femenina” con borla es la Chantal Thomass, y tampoco ninguna
Sheaffer’s desde que abandonaron las “Flat-Top”).
Y pequeña. Los accesorios de mujer eran pequeños, con tendencia a ser
mínimos, con lo que se convertían en macro-incómodos (considérense los relojes).
Las plumas Montjoy’s de señora eran minúsculas, y su carga de tinta
ridícula.
Comparemos con una Inoxcrom 55 (equivalente a una Parker 21):
Incluso en la mano “fina y delicada” de una señora, la pluma se le escapa
si no monta el capuchón. Pero lo marcaba la moda elegante de los años 30’s, y
se asumía. Afortunadamente hoy ya no.
En las entradas anteriores hemos ido presentando ya algunas de estas mini-plumas,
sobre todo en las de ebonita, y también en las de celuloide “rectas” (pero éstas con clips), de forma que no las
repetiremos aquí.
Abramos una pluma como la de la anterior comparativa. La longitud cerrada
es de 9,8 cm; de boquilla a extremo del cuerpo 8 cm, y el ancho mínimo de la
boquilla es de 5 mm.
Afortunadamente para las señoras de entonces, no todas eran tan extremas. La siguiente, en el mismo celuloide, es algo mayor.
Un juego de pluma y portaminas ojivales cortos y rechonchos que podríamos definir “de golf”, por ser muy apreciados – sobre todo el lápiz – entre los practicantes de éste deporte para ir apuntando el juego.
Otra pluma de las mínimas, en otro color.
Y otra en el celuloide verde jaspeado “tipo Sheaffer’s Radite”.
No es apreciable en la foto, pero esta pluma es algo mayor.
Y de la misma longitud (tamaño medio), pero bastante más gruesa, es ésta que
hoy podemos considerar “cómoda”.
Una ojival ligeramente mayor que la anterior “de golf”, en un celuloide
espectacular por sus irisaciones (que se pierden en la foto).
Y terminamos con una pluma sorprendente por la forma del capuchón y su
boquilla minúscula. Pese a tener un grosor aceptable, debe sujetarse entre
boquilla, rosca y cuerpo (con el capuchón montado), con lo que el escalón
molesta.
Una pena, porque es atractiva, y en el magnífico celuloide anterior.
Miguel Huineman
Con agradecimiento a quienes han prestado sus colecciones para fotografía.
De largo la más productiva, al menos en variedad. Una lástima que no perdurase hasta nuestros días, provocaría celos incluso alas consideradas grandes.
ResponderEliminar