viernes, 23 de junio de 2017

JOHANN FABER


Un hermano de Lothar, el que a mitad del s.XIX había encauzado la empresa de su bisabuelo, también se dedicó a las cosas de escritura y, como queriendo competir, lo hacía en Alemania (podía haberlo hecho en otra parte, como Eberhard, el hermano pequeño, desde Nueva York). Terminó siendo absorbida mucho después por la original, la hoy conocida multinacional Faber-Castell.

Pero mientras, su empresa tenía como logotipo “dos martillos”.

Antes y durante la Guerra Civil, en España se importaban productos de su extenso catálogo.

Imágenes del catálogo de 1937


Pero en la autarquía la cosa fue diferente. Un tal Guillermo Roeb Ungehener de Madrid (c/ Alcalá, 40), un marquista del que no sabemos muy bien si era su representante o “iba por libre”, registró la marca en 1948.

Dos lápices de grafito del mercado español y un sacapuntas en bronce grabado JOHANN FABER – ACME (¿para el Coyote de Looney Tunes?)

Si añadimos que en España estaba HISPANIA, fabricando lápices de la marca JOHANN SINDEL, con un logotipo similar de “dos hermanos”, y además FABER-CASTELL, ya tenemos la confusión montada.

En cuestión de plumas, el Sr. Roeb parece “haber ido por libre”, siendo un marquista de lo más tradicional, que compraba, marcaba y distribuía según se le presentaba la oportunidad.

La primera pluma que le conocemos posiblemente le fuera fabricada por CONDOR (sabemos que, como era habitual, ésta fabricaba para terceros).
Una pluma en celuloide negro y carga por botón, con un clip marcado en vertical y con el anagrama arriba.


El plumín de 14K está marcado con el nombre en dos grafías distintas y el logotipo en un cartucho (las cabezas de los martillos están formadas por tres puntos).


La siguiente pluma tiene mucho parecido con una ERO o ADMIRAL, que perteneciendo a un marquista alemán (W. Mittrach) no produce demasiada sorpresa.
Como es obvio, es de carga por émbolo, capuchón a rosca y plumín-alimentador  a rosca.


Otra pluma de carga por émbolo (al estilo alemán, la contera se retira y aparece un cilindro rayado que actúa el pistón) y con capuchón plástico pintado en dorado.


Mala. Pertenece al autor, que durante la carrera la usaba solo como “depósito auxiliar de tinta” por si se acababa la de su usual Parker 45.

Por último, la pluma de cabecera, con carga por cartuchos (de un tipo desconocido), capuchón plástico dorado a rosca, y plumín de “uña” en acero dorado con iridio (detalle general en todas).


Por la secuencia, se deduce que la calidad de las estilográficas fue decreciendo durante el periodo que estuvo en activo. No se conocen plumas posteriores, probablemente por la apertura del mercado a importaciones internacionales.




Miguel Huineman


Se agradece a quien ha prestado su colección para fotografía, a D. Rafel Pujol los escasos datos de la marca, y a J.Mª Palomo (scribens) por el catálogo de 1937.

2 comentarios:

  1. Hola Miguel,

    Una pregunta, como diferenciar las españolas de las alemanas en el caso de J. Faber?.

    Gracias anticipadas y saludos,

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    1. Bonita pregunta. Solo cuando es muy obvio: tengan rotulados castellanos (difícil en plumas), se hayan comprado aquí + sean autárquicas (porque si no pueden ser alemanas importadas), o sean claramente de otro fabricante español que se las marcó.
      Con todo, siempre quedará una duda razonable.

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