viernes, 13 de enero de 2017

SELLO DE ADUANAS “NACIONAL”



En muchas ocasiones hemos hablado de él, y lo hemos mostrado.
Es un adlátere frecuente y característico de las plumas españolas del periodo de la Autarquía. 

Reducidas drásticamente las importaciones de plumas estilográficas (entre muchísimos otros productos) después de la guerra civil, se produjo una consecuencia no deseable: el gran aumento del contrabando. Entre otras medidas preventivas, el gobierno dispuso que todas las estilográficas de importación debieran llevar adherido un sello gratuito especial como garantía de legitimidad.

La medida tuvo escaso efecto, pues “hecha la ley, hecha la trampa”: el sello se despegaba cuidadosamente en la misma tienda al vender una pluma de importación, y se volvía a pegar en otra pluma de contrabando, que pasaba así de “escondida” a “venta legal” frente a cualquier inspección, y así con un sello oficial se despachaban más de diez plumas de estraperlo (esto reconocido con una sonrisa pícara por los propios vendedores de aquella época).


Las plumas de fabricación nacional también debían llevar el mismo sello, pero con la palabra “NACIONAL” impresa en color rojo.

Como en toda la historia de este periodo, la gente tenía otras prioridades que la de dejar constancia de historias nimias, y los orígenes no están claros.
“El Sello” se originó por un Decreto de 1925 - durante la República – específicamente para “Perfumería”, distinguiendo entre producto nacional e importado (con distintos aranceles e impuestos).
Al crearse la necesidad tras la guerra para las estilográficas, se adoptó sin más el mismo sello existente, que por eso lleva escrito en la banda inferior izquierda tan desparejo gremio con el de la escritura.

Pero no sabemos exactamente cuándo se adoptó tras el final del conflicto.
En este periodo abundaron “circulares” y “órdenes”, insertas en “ordenanzas” y “reglamentos” promulgados precipitadamente unos sobre otros, y no fue hasta 1947 en que se estableció un Decreto sobre la modificación de las Ordenanzas de Aduanas, que puso orden y actualizó los contenidos, reafirmando con rango de ley unas prácticas en uso. 

Veamos los sellos:
Siempre impresos con una tinta tenue de tono variable sobre un papel malo, dada la escasez general y el que solo debían durar hasta la venta. El dentado es asimismo deficiente en alineación y centrado.
Existen de tres tamaños y cuatro estilos, que referenciamos por el recuadro de la parte impresa.

1a - “Grandes” 24x30 mm. Numerados y fechados (en azul de tampón). “Nacional” en rojo, diagonal.
Los primeros fechados que conocemos son de Diciembre de 1945, y hay numerosos del ’52 y ’53. 

1b – “Grandes” 24x30 mm. Numerados sin fechar. “Nacional” en rojo, diagonal.

2 – “Medios” 21x26 mm. No-Numerados. “Nacional” en rojo, diagonal.


3 – “Pequeños” 18x22 mm. No-Numerados. “Nacional” en rojo, horizontal.

(No conocemos ningún sello pequeño con "Nacional" en diagonal)

Comparando juntos los tres tamaños:

Ya hemos comentado que el sello​ "1a” más antiguo que nos aparece es del 23-Dic-1945, seriado E3787594.

Algún lector ya estará pensando en que si tenemos unas fechas para unas series, podremos fechar aproximadamente una pluma.

Pues no.
Para descolocar (usual en esto de lo administrativo), antes hemos mostrado el C5878662 del 18 de Enero de 1946, y la serie "C" es anterior a la "E", ¿no? 

Es posible que para Aduanas se imprimieran gran cantidad de hojas de sellos y las distribuyeran entre varios lugares, y así distintos administrativos locales fecharan "las suyas". Luego en las fábricas los empleados pegaran los sellos como les placiera.
Nos han aparecido plumas distintas con sellos de la misma fecha, lo que indica lotes de sellos repartidos entre fabricantes. 

Al no ser útil el sello “1a”, dejarían de esforzarse en ponerles una fecha, obteniéndose el sello “1b” igual salvo por el tamponado.
Pero habiendo restricciones, se intentaría ahorrar, aunque fuera en papel barato y tinta tenue, además del proceso de imprimir las series, pasando al sello “2”, y posteriormente aún más con el sello “3”.

Pero no hay evidencia escrita de que así fuera, simplemente opinamos que así están ordenados cronológicamente, basándonos en “una lógica personal” y en las plumas que los portan. Tampoco tenemos idea clara de los momentos de cambio entre un tipo de sello y otro. 

Las circunstancias fueron mejorando, y a finales de 1962 se derogó la obligación de llevar el sello para las plumas nacionales.
Gracias a estos sellos en los restos de almacén no vendidos, ha sido posible determinar que muchas marcas y modelos que nos aparecían eran españoles. 

¡Pero no siempre!, la picaresca siguió-sigue, y así nos encontramos que de vez en cuando alguien pegó-pega un sello en una forastera para pasarla por española.
Si no, ¿qué hacen una ZEMAX turinesa y una JUNIOR japonesa con un sello “NACIONAL”? (estas marcas no fueron nunca registradas en España).






Miguel Huineman

Como de costumbre, nuestro compañero Rafel Pujol Marigot ha estado muchas horas buscando y analizando en registros y bibliotecas, y sigue intentando dilucidar los hechos.

2 comentarios:

  1. Hola Miguel, me parece que tu trabajo es jenial, pero quisiera saber si tienen algún valor filatélico, un saludo

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