El primer fabricante de plumas en Australia.
DASI
fue fundada en Barcelona por tres socios españoles, y lo especificamos porque
fueron un tal David, del que no tenemos ni rastro, Simón Beitscher, y Alfred
Wolf.
Alfred
Wolf tenía experiencia en la venta al por mayor de plumas en Alemania, y Simón
Beitscher era agente comercial.
Juntos
registraron la marca DASI-PEN en 1935.
La
marca parece que procede de las dos primeras sílabas de David y Simón.
En
1936, antes del inicio de la Guerra Civil, solicitaron el registro del rótulo
CASA DASI para distinguir un establecimiento dedicado a la fabricación y venta
de objetos de escritorio ubicado en un principal (un primer piso) en la calle
Viladomat, que les fue concedido en agosto del ’36.
Con
ello se convierten en el cuarto fabricante español anterior a la guerra.
Pero
al poco de empezar la guerra, David emigró a los Estados Unidos, y Simón y
Alfred emigraron a Australia a través de París en 1938.
Ya
en Sydney, Alfred Wolf comenzó la fabricación en el garaje de su casa en el
suburbio de Bronte, vendiéndolas a continuación en un pequeño local llamado
“The Pen Shop” de la calle Hunter.
Dada
la situación de guerra y la dificultad de conseguir estilográficas o materias
primas, las pocas plumas DASI fabricadas la tarde anterior se vendían antes de
las once de la mañana a la cola de gente que esperaba allí.
La única
pluma española por nosotros conocida fue vendida en 2012 en un portal web por
el Sr. Pinos, quien nos ha permitido usar sus fotos, y fue él quien encontró el
enlace de internet que hemos facilitado arriba.
Una
pluma en tonos marmolados verdes, dorados y negros, aparentemente en celuloide,
con boquilla, contera y tapa del capuchón en ebonita. Lleva grabada la marca en
el cuerpo.
El capuchón debió tener un clip postizo de abrazadera, que ha dejado marcas.
La
carga es por botón.
El
plumín es un Durex Tipped Fine de sustitución.
Por terminar la historia donde acabó, copiamos aquí una foto del artículo australiano mostrando dos plumas y un portaminas “de la 2ª guerra mundial” en celuloide, con los clips marcados, una de carga a botón y otra a palanca, ambas con plumines de oro 14 K, aunque pequeños. Se describen en el artículo enlazado.
Tanto la pluma española como las australianas son
“dientes de gallina”, piezas irrepetibles que difícilmente volveremos a
encontrar. En particular las españolas, por el breve tiempo de producción que
tuvieron.
Miguel Huineman
Se
agradece al Sr. Pinos su colaboración desinteresada, y a nuestro colega
historiador D. Rafel Pujol Marigot el haber localizado o confirmado los datos
de la historia española de la marca.
Por supuesto, ha sido
gracias a Mr. Hugh Cordingley y su post que se ha podido consolidar esta breve
entrada.
Mi más sincera felicitación.
ResponderEliminar