Un gran fabricante.
En 1944, D. Amadeo Árboles
Vidal compra la “Estilográfica Nacional, S.L.” de Barcelona, cambiándole el
nombre en 1948 por el de su segundo apellido con las sílabas permutadas, e
introduciendo mejoras e ideas que la hicieron prosperar hasta 1954, aunque
otras fuentes la llevan hasta finales de los años 50s.
Las primeras plumas de la
marca eran de ebonita torneada en color negro, aunque después utilizó el celuloide
negro, jaspeado o irisado, terminando con plásticos acrílicos.
Se conocen muchos de sus
modelos de estilográficas, aunque apenas de ninguno su número de catalogación,
ni catálogo alguno. Las plumas de plumín oculto (“blindado”) se basan en la Parker
51. Los sistemas de carga son por botón o aerométrico de pinza.
Casi todas son plumas de calidad,
que estaban en el segmento alto, con plumines de oro fabricados por Damiá Onsés.
Pluma en ebonita y capuchón
roscado, que lleva un anillo con greca que veremos a menudo. El clip grabado es
uno de los dos modelos usuales de la marca.
A continuación, una misma
pluma de ebonita con un capuchón (a fricción) que puede ir grabado en el labio,
o no, y con un plumín de la marca o un “Warranted” genérico (que puede ser de
sustitución posterior).
Sin embargo, la primera
lleva un clip cuya arandela está sobredimensionada.
Dos plumas aerométricas muy similares, la primera con plumín
descubierto y la segunda con plumín “blindado”.
Pluma con un clip chapucero,
que no corresponde y debe ser de sustitución.
Pluma con un capuchón
plateado muy finamente rayado y con greca.
Se conocen también ejemplares
con capuchones lisos, con y sin greca.
Esta pluma lleva el otro
tipo de clip – más característico si cabe - que hemos llamado “tipo Dalvi”
varias veces a lo largo del blog. Una flecha cuyo mástil triangular, bastante
grueso, lleva en su parte posterior grabada la marca y numerosas plumas, antes
de torcerse en una arandela escalonada, sujeta por un cabujón.
El labio del capuchón lleva
una greca también característica de la marca en sus primeros tiempos, y debajo
grabado: DALVI PAT 166.844.
En el cuerpo, y mucho menos
frecuente, lleva DALVI PAT. Nº 162661.
Pluma como la anterior, con
un capuchón sin la greca y con el baño de plata bastante deteriorado.
Pluma de la cabecera, tamaño
cadete.
Pluma similar a la anterior,
en tamaño normal, pero con un raro clip “tipo Parker” de flechas, que no parece
ser de sustitución.
La misma pluma, con el clip
lógico, y que en el labio del capuchón y en el cuerpo están grabados - a mano -
transversalmente:
PARKER
U.S.A.
Lo que da una cierta lástima
por los anhelos frustrados del propietario, y del parecido entre ambas marcas.
Con el mismo cuerpo de la
anterior “cadete”, unas plumas “de señora” con capuchones en dorado o plateado,
con o sin greca.
Pluma en celuloide y plumín
descubierto. Anillo con su greca típica.
Casi la misma pluma
anterior (aunque no lo parezca), en diferente celuloide, con “el otro” clip y una boquilla de plumín
“blindado”, que se instaló con un anillo de fricción, aquí absolutamente inútil
(¿un “mix”?).
Un modelo poco frecuente,
con anillo liso en el capuchón y una boquilla en diábolo que asusta por su
“cintura de avispa”. Irisados fantásticos.
Pluma en celuloide jaspeado
y capuchón plateado (un suplicio de capuchón: ennegrece enseguida).
Pluma en plástico, al
parecer de los inyectados iniciales – sin demasiado entendimiento - deformado
con fuertes contracciones, y que la ha hecho perder el anillo del capuchón.
Carga a botón.
Similar a la anterior, con
mejor plástico y capuchón metálico.
Tres plumas acrílicas aerométricas.
Son la misma pluma entre si y que la anterior monocolor, una uniformidad a
consecuencia de los costosos moldes de inyección, y que basan su variedad solo
en el color.
Mostramos una “Carta de
garantía”, donde se aprecia la vigencia “perpetua” y el tipo numérico de los
modelos (ésta es de la pluma de la cabecera).
Además de las
estilográficas, Dalvi produjo en 1946 algunos de los primeros bolígrafos españoles – si bien no el primero – e inventó la palabra “Bolígrafo” que
registró como marca, impidiendo a los demás fabricantes usar el término, que
fue comúnmente aceptado por el público, hasta que en 1960 la Real Academia de
la Lengua adoptó la palabra como nombre genérico.
Tras desaparecer la
fabricación de Dalvi, su hijo y sucesor siguió como fabricante en el ramo de la
escritura con su empresa “Estilográfica, S.A. (MOLIN)”, aunque pese a su
nombre, ¡con bolígrafos!
Miguel Huineman
Se agradece a todos los que
han colaborado, prestando sus colecciones, invitado a sus casas (y cervezas), o
enviado sus fotografías.
Bibliografía: Gurina Pérez, Ricardo. “Reviviendo
páginas históricas en torno a la pluma estilográfica de fabricación española”,
La Papelería nº 55, Barcelona. Palazón Ed. (1993)
Muy buenas esas fotos de detalle.
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