jueves, 27 de octubre de 2016

DALVI



Un gran fabricante.
En 1944, D. Amadeo Árboles Vidal compra la “Estilográfica Nacional, S.L.” de Barcelona, cambiándole el nombre en 1948 por el de su segundo apellido con las sílabas permutadas, e introduciendo mejoras e ideas que la hicieron prosperar hasta 1954, aunque otras fuentes la llevan hasta finales de los años 50s.
Las primeras plumas de la marca eran de ebonita torneada en color negro, aunque después utilizó el celuloide negro, jaspeado o irisado, terminando con plásticos acrílicos.
Se conocen muchos de sus modelos de estilográficas, aunque apenas de ninguno su número de catalogación, ni catálogo alguno. Las plumas de plumín oculto (“blindado”) se basan en la Parker 51. Los sistemas de carga son por botón o aerométrico de pinza.
Casi todas son plumas de calidad, que estaban en el segmento alto, con plumines de oro fabricados por Damiá Onsés.


Pluma en ebonita y capuchón roscado, que lleva un anillo con greca que veremos a menudo. El clip grabado es uno de los dos modelos usuales de la marca.

A continuación, una misma pluma de ebonita con un capuchón (a fricción) que puede ir grabado en el labio, o no, y con un plumín de la marca o un “Warranted” genérico (que puede ser de sustitución posterior).
Sin embargo, la primera lleva un clip cuya arandela está sobredimensionada.
Dos plumas aerométricas muy similares, la primera con plumín descubierto y la segunda con plumín “blindado”.
Pluma con un clip chapucero, que no corresponde y debe ser de sustitución.
Pluma con un capuchón plateado muy finamente rayado y con greca.
Se conocen también ejemplares con capuchones lisos, con y sin greca.
Esta pluma lleva el otro tipo de clip – más característico si cabe - que hemos llamado “tipo Dalvi” varias veces a lo largo del blog. Una flecha cuyo mástil triangular, bastante grueso, lleva en su parte posterior grabada la marca y numerosas plumas, antes de torcerse en una arandela escalonada, sujeta por un cabujón.
El labio del capuchón lleva una greca también característica de la marca en sus primeros tiempos, y debajo grabado: DALVI PAT 166.844.
En el cuerpo, y mucho menos frecuente, lleva DALVI PAT. Nº 162661.
Pluma como la anterior, con un capuchón sin la greca y con el baño de plata bastante deteriorado.
Pluma de la cabecera, tamaño cadete.
Pluma similar a la anterior, en tamaño normal, pero con un raro clip “tipo Parker” de flechas, que no parece ser de sustitución.
La misma pluma, con el clip lógico, y que en el labio del capuchón y en el cuerpo están grabados - a mano - transversalmente:
PARKER
U.S.A.
Lo que da una cierta lástima por los anhelos frustrados del propietario, y del parecido entre ambas marcas.
Con el mismo cuerpo de la anterior “cadete”, unas plumas “de señora” con capuchones en dorado o plateado, con o sin greca.

Pluma en celuloide y plumín descubierto. Anillo con su greca típica.
Casi la misma pluma anterior (aunque no lo parezca), en diferente celuloide, con “el otro” clip y una boquilla de plumín “blindado”, que se instaló con un anillo de fricción, aquí absolutamente inútil (¿un “mix”?).
Un modelo poco frecuente, con anillo liso en el capuchón y una boquilla en diábolo que asusta por su “cintura de avispa”. Irisados fantásticos.
Pluma en celuloide jaspeado y capuchón plateado (un suplicio de capuchón: ennegrece enseguida).

Pluma en plástico, al parecer de los inyectados iniciales – sin demasiado entendimiento - deformado con fuertes contracciones, y que la ha hecho perder el anillo del capuchón. Carga a botón.
Similar a la anterior, con mejor plástico y capuchón metálico.
Tres plumas acrílicas aerométricas. Son la misma pluma entre si y que la anterior monocolor, una uniformidad a consecuencia de los costosos moldes de inyección, y que basan su variedad solo en el color.
Mostramos una “Carta de garantía”, donde se aprecia la vigencia “perpetua” y el tipo numérico de los modelos (ésta es de la pluma de la cabecera).
Además de las estilográficas, Dalvi produjo en 1946 algunos de los primeros bolígrafos españoles – si bien no el primero – e inventó la palabra “Bolígrafo” que registró como marca, impidiendo a los demás fabricantes usar el término, que fue comúnmente aceptado por el público, hasta que en 1960 la Real Academia de la Lengua adoptó la palabra como nombre genérico.
Tras desaparecer la fabricación de Dalvi, su hijo y sucesor siguió como fabricante en el ramo de la escritura con su empresa “Estilográfica, S.A. (MOLIN)”, aunque pese a su nombre, ¡con bolígrafos!


Miguel Huineman 
Se agradece a todos los que han colaborado, prestando sus colecciones, invitado a sus casas (y cervezas), o enviado sus fotografías.
Bibliografía: Gurina Pérez, Ricardo. “Reviviendo páginas históricas en torno a la pluma estilográfica de fabricación española”, La Papelería nº 55, Barcelona. Palazón Ed. (1993)

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