viernes, 14 de octubre de 2016

AURORA 88 Y 88K “españolas”


En esta entrada tendremos que hacer suposiciones. Los escasos datos no encajan. 

Empecemos por la historia de la pluma italiana:

Acabada la II Guerra Mundial, y tras inaugurar una nueva fábrica (la antigua fue destruida en la contienda), Aurora contrata el diseño de una nueva pluma a Marcello Nizzoli, que había tenido un gran éxito con la máquina de escribir Olivetti Lettera 22.

A finales de 1946 sale a la venta la Aurora “88”, haciendo frente a su competidora la Parker 51, sobre todo con su sistema de carga a émbolo.

Solo se produjo en negro con un cuerpo de celuloide con un visor transparente “en jaula”, más contera y boquilla en ebonita. El pistón lo formaban varios discos de felpa y goma.

En la boquilla llevaba marcado un óvalo triangular rodeando un “AURORA 88”, y un número de serie.

El plumín en oro de 14K llevaba pestañas de sujeción al alimentador, y tenía 17 tipos de escritura, marcados con un código en la tapa de la contera que escondía el tornillo de montaje (esto ha sido leído, el autor solo las conoce negras).
El clip “de bolo” o “basto” recuerda al de las Pelikan 100/Ibis/Rappen.
Capuchones de “88”: Nikargenta, Cromado, y el Dorado (más corto)

 Los capuchones - siempre metálicos - fueron:

Nikargenta: aleación de Plata-Níquel.
Cromado
Dorado: en cuanto el oro fue obtenible.
Plata sólida: con y sin clip.
Oro sólido: algunas con contraste arriba del clip.
Toda dorada
Toda en oro sólido. 

Tenía a juego un portaminas, más corto y fino, con el mismo capuchón. 

Se produjo hasta 1953, aunque a finales de 1952, al salir la “88K”, se llevaba un millón de ejemplares producidos. La producción siguió en paralelo hasta alcanzar números de serie de 1,7 millones.


La sucesora “88K” cambió poco, pero si lo suficiente como para distinguirla a simple vista.
Montaba un nuevo clip plano, con una ranura (originalmente pintada negra) en forma de gota, en un capuchón con un rayado más escaso y profundo.

No tuvo capuchones de Nikargenta, pues se observó que era un alérgeno.

El resto de los acabados de los capuchones se mantuvo. 

El grabado solo pone “88K”, inscrito en el óvalo triángular en una boquilla que se argumenta que cambió entonces a celuloide (puede que cambiara antes, con la 88), que es más oscura.

Continúa grabándose el nº de serie, junto con el tipo de punto ya que la tapa de la contera pasa a ser un taponcito negro, y la marca “Aurora”, que ahora no figura inscrita.

El émbolo pasa a ser plástico, y el alimentador es laminado. 

Tuvo portaminas y bolígrafo a juego. 

Se produjeron hasta 2,5 millones, hasta que en 1958 salió la “88P”.


La Aurora “88” española 

Una pluma de tal éxito no pasa desapercibida, y NOGUERA Y VINTRÓ, S.A. (v. Bengala) adquirió la licencia de importación en 1955.

La única diferencia con la pluma italiana es que el número de serie grabado en la boquilla va precedido de una letra “E”.

No tenemos constancia de ninguna pluma con un sello de Aduanas. Ni de importación (sabemos que se retiraban a la venta para ponérselas a otras de contrabando), ni “Nacional” (que alguna podría haber quedado de resto de almacén). 

Aparte, y solo en algunas plumas, figura grabado en el cuerpo: 

FCADA. EN BARCELONA POR E. GUBERT



Que es bastante desconcertante. Ernesto Gubert era un antiguo trabajador con Damián Onsés, a la sazón fabricante de plumines y plumillas. Nuestro compañero historiador D. Rafel Pujol, que ha estudiado los registros municipales de la empresa y sus patentes, y se ha entrevistado con el sobrino de Gubert (que trabajó con su tío un corto tiempo), llega a la conclusión de que el taller carecía de la maquinaria para fabricar estas plumas sofisticadas y de muy alta calidad.

Una explicación posible es que la licencia de importación concedida fuera insuficiente para cubrir la demanda, y se recurriese al suministro por contrabando.
Las plumas “oficiales” que entraban por la aduana serían “de fábrica” (solo con la “E” grabada en origen), y las procedentes del extraperlo fueran regrabadas aquí, para disimular.
La situación entonces precaria del negocio de E. Gubert pudo haberle convencido para actuar de tal forma, más cuando las plumas se vendían con garantía perpetua, y Gubert bien pudo a cambio suministrar tal servicio a Noguera y Vintró, S.A.
Pero no deja de ser una especulación.
Otra posibilidad es que las de contrabando vinieran desmontadas y grabadas totalmente de Turín, y Gubert las montase en Barcelona. Es otra idea. 

(Posteriormente, ya en los años ‘70s y con las importaciones abiertas y regularizadas, Gubert pasó a ser el representante de Lamy).


Veamos las plumas “españolas”:
Nota: todas las plumas fotografiadas en esta entrada son “E”. 

La “88” de capuchón dorado, que por alguna razón es más corto que los demás.
Se observa el antes mencionado grabado del cuerpo, y los taladros de ventilación de capuchón y cuerpo, que obviamente está siempre por detrás del émbolo. La contera de estas plumas permanece junto al cuerpo al actuar el mecanismo.

Comparativa de los tonos “plata” entre un capuchón cromado y un nikargenta. Ninguno de los dos ennegrece como hace la plata.

Una “88K” de capuchón cromado y grabado más escaso y profundo.
La característica ranura del clip plano iba originalmente pintada en negro, pero en pocas persiste.

Comparativa entre capuchones cromado y dorado.

Para terminar, algo que hemos mencionado antes sin mostrarlo: el grabado del grosor del plumín en la boquilla de las “88K”.



Se aprecian también: 
- El final del número de serie.
- La “A” inicial del grabado de la marca.
- Las pestañas de sujeción del plumín al alimentador.
- La rosca interna de la unión cuerpo-manguito a través del visor de tinta “en jaula”.

Las Aurora 88 y 88K pertenecieron al segmento más alto de calidad, y con un precio bastante elevado como puede verse en el tercer anuncio antes mostrado. La “88K” fue más cara que la “88”.
No tenemos conocimiento de que se importaran las otras variantes de capuchón y cuerpo italianas.

Y una advertencia final: como los capuchones son intercambiables en los cuerpos, suele haber hoy muchas mezclas entre ambas versiones.




Miguel Huineman


Agradecemos a D. Rafel Pujol el compartir sus notas históricas sobre la marca.

La mejor historia sobre la pluma “88” italiana, y con la que nos hemos documentado sobre ella para el principio de esta entrada, es “The Aurora 88 Dynasty”, publicado el 11 de Junio de 2009 en la web “Fountain Pen Network”.

Aunque hemos leído otros libros monográficos sobre Aurora, o generales sobre estilográficas, ninguno es comparable al anterior, ¡y en la web!

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